sábado, 14 de noviembre de 2009

SI FORESTAR ES UN NEGOCIO ¿POR QUÉ NO FORESTAMOS?

Por lic. David Torrejón
Sabido es que los bosques representan una alternativa de elevada potencialidad para contribuir al mejoramiento del hábitat y calidad de vida, tanto por su carácter de proveedores de madera como de productos forestales no madereros y servicios ambientales.

Si se tiene en cuenta el déficit mundial creciente de madera, el aumento en el consumo de madera y en el precio a nivel mundial; que los países más ricos son importantes clientes; que genera empleo directo e indirecto; que es un mercado sin trabas ni subsidios y que mejora el medio ambiente; surge a las claras que la FORESTACIÓN desarrolla las economías regionales.

Razones porque no forestamos
Razones porque forestar
à Falta de tradición o cultura forestal
à Existencia de madera en el bosque nativo
à Rentabilidad a largo plazo en comparación con cultivos como la soja
à Falta de incentivos y promoción forestal
à Ley 25080 (Devolución del 80% del costo de implantación)
à Alta rentabilidad
à Mucha superficie para forestación
à Climas diversos
à Excepcionales ritmos de crecimiento
à Tecnología disponible
à Altas tasas de retorno
à Recursos humanos capacitados
à Infraestructura vial adecuada
à Precios en constante aumento
à Déficit mundial creciente
à Maderas de alto valor
à Ordenamiento territorial vigente

La situación provincial es muy alentadora, por sus excelentes ecosistemas y especies de alto valor comercial, utilizadas en la fabricación de muebles y ebanistería (cedro, roble, quina, tipa colorada, tarco o Jacaranda, pacara, afata o peteribi) o bien para combinarlas con la actividad agropecuaria para la protección de cultivos o resguardo de ganado (algarrobos, lapachos, mora, palo amarillo etc.).

Salta es un centro estratégico para la producción, industrialización y comercialización de productos forestales; cuenta con infraestructura necesaria y abastecimiento energético (industrias transformadoras), para la formación de polos de desarrollo en el Dpto. de Gral. Guemes, Orán, Metan y San Martín.

La forestación con finalidad comercial se encuentra subsidiada desde el año 2.000 por la Ley Nacional Nº 25.080 de Promoción de Inversiones Forestales y Foresto Industriales, mediante el cual se otorga a los plantadores forestales beneficios como un subsidio no reintegrable (devolución del 80% del costo de implantación), estabilidad fiscal y devolución del IVA, entre otras.

Pero muy a pesar de los esfuerzos nacionales y provinciales solamente se logró forestar 10.000 has ocupando un ínfimo porcentaje de la superficie total apta para forestación (1.398.000 has)

Entonces vale la pena preguntarnos ¿porqué no forestamos? si tenemos tantos beneficios. Será por desidia, desinterés, negligencia, o simplemente porque preferimos mirar el árbol y no el bosque, pero solo basta observar el cuadro comparativo y sacar nuestras propias conclusiones.

Para ayudar en el análisis pensemos que una ha de soja arroja una renta de $ 3.000 popr año ; una ha. de forestación con Toona ciliata (árbol semejante al cedro) logra, en 20 años, 50.000 dólares de ganancia , que si se los divide en 20 años, arroja una rentabilidad de 2.500 dólares por año.

Si pretendemos posicionarnos en el rubro forestal; debemos atacar las debilidades que actualmente presenta el sector; mínima participación en el comercio mundial; bajo consumo de productos forestales; alto déficit comercial; subindustrialización; poco aprovechamiento del potencial forestal y falta de cultura foresto - industrial.

Los principales objetivos de acción estatal deben apuntalar estos aspectos: Incorporar más regiones a la producción forestal; aumentar el consumo de madera en la construcción; aumentar las exportaciones de productos forestales de mayor calidad como los son la mayoría de nuestras especies.

Considerando las excelentes perspectivas que ofrece la producción forestal es factible esperar el despegue de esta actividad y su ubicación en un senda de desarrollo auto sostenido, solo con un poco más de promoción, involucrando a todos los actores en su evolución; crear una unidad de transferencia tecnológica; lograr incrementar el número de productores forestales, trabajar en la ejecución de nuevos proyectos y desarrollar técnicas de promoción y marketing, es decir crear las condiciones optimas para un verdadero polo de desarrollo foresto industrial, proyecto anhelado por numerosos gobiernos, pero que hasta la fecha sigue siendo asignatura pendiente.

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