Por Lic. David Torrejón
El Problema del Dengue todavía sigue golpeando a nuestro pueblo, y lo que es peor se dice que permanecerá por largo tiempo entre nosotros.
Con el cólera y otras enfermedades endémicas pasa exactamente lo mismo. Para mal de todos los salteños la situación prácticamente no ha variado.
El solo anuncio debería bastar para que el problema se tome muy en serio y se extremen las medidas tendientes a crear conciencia en la población respecto a la necesidad de evitar que el contagio se expanda.
Por que? Porque, continúan las condiciones de insalubridad. Veamos algunos ejemplos; Muchos lugares públicos en especial los baños de lo negocios siguen siendo de uso riesgoso; las calles y aceras del micro y macro centro siguen mostrando la insistencia de la gente para arrojar basura en la vía pública y no en utilizar los muy escasos cestos de residuos ubicados en contados lugares de peatonales y plazas.
La situación en los barrios periféricos es la misma que antes del cólera, o sea deficitario, ya que se carece de agua potable y gran parte de los vecinos ignoran como prevenir las enfermedades. En ciertos lugares tanto céntricos como periféricos, cada vez que llueve, brotan aguas servidas
Los micro basurales siguen impactando a nuestros sentidos, y las autoridades ambientales, persisten en su actitud de no fumigar por lo menos para erradicar los insectos transmisores de enfermedades.
Otro ejemplo lo representa el tagarete cubierto de la Av. Entre Ríos, que recibe los desechos cloacales de esa zona es un foco apestoso y mal oliente en especial en los días de mucho calor.
Cada es mayor el número de puestos de comida al paso. La gente que no tiene pocas oportunidades de ubicación en loteos o viviendas FONAVI, se instala en las orillas de los ríos aledaños y etc., etc.
Pareciera que no se comprende cabalmente la gravedad del caso que nos afecta a todos, y peor aún padecemos un modelo de gestión gubernamental, donde el sistema de control interno y externo de sus acciones ha sido extirpado completamente.
En definitiva nuestro ambiente sigue amortiguando nuestra negligencia y desidia, y las enfermedades siguen haciendo estragos en nuestra comunidad.
El Problema del Dengue todavía sigue golpeando a nuestro pueblo, y lo que es peor se dice que permanecerá por largo tiempo entre nosotros.
Con el cólera y otras enfermedades endémicas pasa exactamente lo mismo. Para mal de todos los salteños la situación prácticamente no ha variado.
El solo anuncio debería bastar para que el problema se tome muy en serio y se extremen las medidas tendientes a crear conciencia en la población respecto a la necesidad de evitar que el contagio se expanda.
Por que? Porque, continúan las condiciones de insalubridad. Veamos algunos ejemplos; Muchos lugares públicos en especial los baños de lo negocios siguen siendo de uso riesgoso; las calles y aceras del micro y macro centro siguen mostrando la insistencia de la gente para arrojar basura en la vía pública y no en utilizar los muy escasos cestos de residuos ubicados en contados lugares de peatonales y plazas.
La situación en los barrios periféricos es la misma que antes del cólera, o sea deficitario, ya que se carece de agua potable y gran parte de los vecinos ignoran como prevenir las enfermedades. En ciertos lugares tanto céntricos como periféricos, cada vez que llueve, brotan aguas servidas
Los micro basurales siguen impactando a nuestros sentidos, y las autoridades ambientales, persisten en su actitud de no fumigar por lo menos para erradicar los insectos transmisores de enfermedades.
Otro ejemplo lo representa el tagarete cubierto de la Av. Entre Ríos, que recibe los desechos cloacales de esa zona es un foco apestoso y mal oliente en especial en los días de mucho calor.
Cada es mayor el número de puestos de comida al paso. La gente que no tiene pocas oportunidades de ubicación en loteos o viviendas FONAVI, se instala en las orillas de los ríos aledaños y etc., etc.
Pareciera que no se comprende cabalmente la gravedad del caso que nos afecta a todos, y peor aún padecemos un modelo de gestión gubernamental, donde el sistema de control interno y externo de sus acciones ha sido extirpado completamente.
En definitiva nuestro ambiente sigue amortiguando nuestra negligencia y desidia, y las enfermedades siguen haciendo estragos en nuestra comunidad.
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